Mesa redonda de la CISAC sobre Europa y los derechos de autor en la Conferencia de 2016, Think Culture!

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El Presidente del Consejo de Administración de la CISAC y Director General de la SOCAN, Eric Baptiste, modera la mesa redonda titulada “Europa: ¿aliada o adversaria?”
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La CISAC participó en la conferencia inaugural Think Culture organizada por News Tank Culture. Esta conferencia sobre innovación e industrias culturales tuvo lugar en la  Universidad París-Dauphine el 6 de septiembre. Eric Baptiste presentó el debate “Europa: ¿aliada o adversaria?” como tema destacado.

Cuando pensamos en la Unión Europea, nos viene a la mente la economía, no la cultura. Sin embargo, las industrias culturales son muy importantes. Éstas representan 30 millones de empleos en el mundo, con 8 millones en Europa. La cultura y las actividades que dependen de ella constituyen una industria económica futura”.

En su opinión, el balance general con respecto a la Unión Europea y la cultura no siempre es blanco y negro. Por un lado, se han realizado avances importantes como extender los principios ampliados de los derechos de autor de la Unión Europea y la excepción cultural a nuevos países. Por otro lado, el hecho de establecer un mercado único digital suscitó la preocupación dentro de la comunidad cultural. A menudo críticos frente a la Comisión Europea, los agentes culturales esperan mucho de Europa, especialmente que se reequilibre la transferencia de valor  (también conocida como la “brecha de valor”), que ha beneficiado a los gigantes digitales en detrimento de los creadores de bienes culturales. 

Michel Magnier, Director de Cultura y Creatividad de la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea admitió que “la cultura no es el ámbito de acción privilegiado de la Comisión. Hasta ahora, quizás nos hemos centrado demasiado en los aspectos económicos y no nos hemos dedicado lo suficiente a los aspectos sociales y específicamente los culturales”. Sin embargo, según la normativa europea, los estados miembros son los responsables de los asuntos culturales. 

Sólo el 0,015% del presupuesto de la Comisión Europea se asigna a la cultura.  Las decisiones presupuestarias de la Comisión no dan prioridad a la cultura. No obstante, la Comisión sí se interesa por la cultura cuando ha centrado sus prioridades en establecer un mercado único digital. “En lo que se refiere a la cultura, a menudo se percibe a Europa de forma negativa debido a determinados eventos y actitudes desafortunadas. Estas posturas enmascaran una realidad mucho más positiva.  Europa se esfuerza en desarrollar sus actividades en el área de la cultura”,  quiso asegurar  Michael Magnier. “En lo que se refiere a la polémica sobre los derechos de los autores, mucha gente, principalmente en Francia, creyó que la Comisión quería eliminar los derechos de autor”. 

La Directora General de la ADAGP y Presidenta de European Visual Arts (EVA), Marie-Anne Ferry-Fall,  mencionó nuevamente los temores suscitados por la voluntad de la Comisión Europea de reformar los derechos de autor con el fin de armonizar el mercado único digital. “En el marco de los derechos de autor, para las artes visuales, tenemos la mejor protección  que existe aquí en Francia, comparado con otros países. Si Europa quiere “armonizar”, existe un verdadero riesgo de que se baje el listón con respecto a los derechos de autor. Cuando nosotros ya tenemos el mayor nivel existente, la armonización constituye más un riesgo que una ventaja”.   

Aunque es cierto que la extensión a toda Europa en 2001 del derecho de participación, que permite a un artista recibir un porcentaje del precio de venta de sus obras por una galería o una casa de subastas, constituyó un verdadero avance; según Marie-Anne Ferry-Fall, Europa también ha realizado algunas “intervenciones inoportunas”.  Seguidamente citó la directiva que estableció una ausencia de responsabilidad para las grandes entidades digitales con respecto a los derechos de autor. También mencionó las peticiones de varios presidentes de la Comisión de modernizar los derechos de autor que “nos hicieron temblar, o las dramáticas consecuencias que tuvieron para los autores ciertas decisiones del Tribunal de Justicia Europeo”. La reforma actual de la directiva sobre la sociedad de la información, que ha sido filtrada a la prensa y que la Comisión prevé aprobar el 21 de septiembre parece observar algunos progresos. “Podríamos decir que la Comisión ha comprendido que es necesario dejar de añadir constantemente nuevas excepciones a los derechos exclusivos de los autores. Ésta parece estar dispuesta a considerar el reparto de valor”, concluyó con un tono alentador.

El Director General de la SCAM, Hervé Rony, analizó la información sobre el proyecto de la Comisión, “…con la Comisión es necesario hablar claro ante gente que no es experta en nuestros temas. No obstante, pienso que no debemos perder la esperanza  en la Unión Europea”. Éste señaló que “en Europa existe una contradicción fundamental entre el hecho de que tenemos unas realidades lingüísticas y culturales muy diversas que lleva a los estados miembros a favorecer un entorno político reglamentario extremadamente sólido, cuando el objetivo de Europa es eliminar las fronteras y armonizar. Por eso tenemos la impresión de que  en cuanto Europa se ocupa de algo, es para derrumbar una serie de protecciones. La contradicción fundamental entre una organización cultural muy estatal y la armonización va a seguir influyendo en los debates”.   También denunció “la gran hipocresía de los estados miembros con respecto al sistema fiscal” que permite a ciertos operadores de Internet no pagar impuestos, a diferencia de las entidades culturales locales.

El Secretario General de la SACD y Vicepresidente de la SAA Patrick Raude opinó que sería necesaria una política europea más ambiciosa en lo que se refiere a la financiación de la creación.  Aunque existe la dificultad de lograr un consenso general entre los 28 estados miembros, éste espera un mejor reconocimiento “del principio de subsidiariedad en el ámbito de la política cultural, que permita a los estados miembros seguir estableciendo unos sistemas culturales favorables. Actualmente, la Comisión Europea reexamina cada tres años el sistema francés de ayuda al sector cinematográfico, a menudo en un ambiente controvertido. Hace dos años, el Parlamento francés aprobó un impuesto que debían pagar los servicios de vídeo a la carta pero, como éste no fue validado por la Comisión Europea, ahora sólo lo pagan los servicios establecidos en Francia”, declaró.

La SACD espera que la Comisión consolide sus obligaciones con respecto a la financiación  de la creación mediante los servicios audiovisuales a la carta. También querría que desaparecieran las grandes distorsiones fiscales y reglamentarias existentes en la distribución digital de obras. Por último, la  SACD apoya la extensión del derecho inalienable a una remuneración para guionistas y directores de cine, que sí está reconocido en Francia pero no en todos los países de la Unión Europea. A este respecto, se lanzó una  campaña a gran escala, apoyada por la CISAC y por Writers & Directors Worldwide (W&DW). 

Miembro de la Asamblea Nacional francesa, Marcel Rogemont añadió: “La Unión Europea se fundó como un mercado único que existe para nosotros como consumidores y no como ciudadanos. Para un consumidor, el mejor precio siempre será el gratuito. Simplemente debe establecerse una fuerte relación entre la producción y la distribución de bienes culturales. Europa no es ni aliada ni adversaria, necesitamos a Europa como asociada”.

El miembro de la Asamblea Nacional, François de Mazières, estimó que “Hoy en día, el principal problema en la política cultural es el régimen tan favorable existente para el ámbito digital. Y esto es una cuestión de armonización fiscal. La lucha contra los regímenes de excepción, que benefician especialmente a grandes compañías tecnológicas como Google, Amazon, Apple y Facebook, es uno de los principales problemas de la Unión Europea”. Eric Baptiste expresó la esperanza de que “los actuales interrogantes que se plantean sobre la legitimidad de las transferencias de grandes cantidades de impuestos de los estados a las grandes compañías digitales también motive que nos interroguemos de forma similar sobre la transferencia de valor de las obras protegidas por el derecho de autor y el daño que produce a los creadores de contenidos culturales y a las compañías que los apoyan”.

Respondiendo a estas intervenciones, Michael Magnier declaró que “la época en la que podíamos acceder gratuitamente a las obras en Internet está llegando a su fin”. Éste aseguró a los asistentes que plataformas digitales como YouTube ya no podrían considerarse como agentes “pasivos” en la futura reforma de la directiva sobre la sociedad de la información que la Comisión va a adoptar el 21 de septiembre.  “Este texto aclarará el hecho de que existe una comunicación al público”, declaró. Esto ya no permitirá que estas plataformas declaren que no son responsables de los contenidos que distribuyen, respetando a los creadores y a los derechos de autor.

A lo largo del debate, se recordó varias veces que la política cultural de la Unión Europea dependía en primer lugar de la voluntad de los estados miembros. Al final, el debate fue menos polémico de lo que anunciaba su título. Éste también puso de manifiesto que más allá de las críticas realizadas con respecto a la Comisión Europea, las expectativas que los profesionales de la cultura tienen para Europa favorecen la prosperidad de sus industrias, según Eric Baptiste. Éste concluyó señalando que el resultado de la reunión era “un mensaje de esperanza”. Para él, el esperado cambio de la Comisión con respecto a las responsabilidades de dichas plataformas en la directiva es

un signo alentador para que  los que trabajan en nuestro sector se expresen claramente y participen de buena fe en el diálogo con la Comisión”.

Las primeras directivas que protegían dichas plataformas se inspiraban en las normas estadounidenses y las reglamentaciones del sector de las telecomunicaciones que protegen el carácter privado del mensaje transmitido. Según el Presidente del Consejo de Administración de la CISAC,

estas ideas que se remontan a los años 90 simplemente ya no se adaptan al entorno digital actual. Si Europa muestra el camino a seguir en este ámbito, estará dando un paso inicial para la regulación de Internet en todo el mundo”.