El Presidente de la CISAC Jean-Michel Jarre aborda la cuestión de la inteligencia artificial en la UNESCO

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El pasado mes de octubre, una subasta celebrada en Christie's conmocionó al sector creativo y cultural. El retrato de Edmond Belamy, una obra de arte creada por un algoritmo de inteligencia artificial, se vendió por 432.500 dólares. Este hecho abre una nueva era de debate sobre la llegada de la inteligencia artificial y el derecho de autor en el mundo de la creación.

El 13 de diciembre, la UNESCO organizó una mesa redonda sobre el tema de la “Inteligencia artificial: ¿un nuevo entorno de trabajo para los creadores? y su impacto sobre el derecho de autor, la cuestión de saber quién o qué es un creador y qué implicaciones tiene esto actualmente y en el futuro. Esta mesa redonda tuvo lugar durante la 12ª sesión del Comité Intergubernamental en el marco de la serie de conversaciones públicas Create | 2030 moderada por el Jefe de relaciones con los medios de la UNESCO, George Pagagiannis. 

El Comité forma parte de la Convención de 2005 para la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, que tiene por objeto fomentar políticas que protejan y promuevan la diversidad cultural tanto a nivel nacional como internacional. Al igual que otras nuevas tecnologías, la inteligencia artificial plantea nuevos retos a la hora de garantizar que esta diversidad siga viva y se mantenga.

Jean-Michel Jarre, Presidente de la CISAC y Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO, fue invitado para abrir el debate y participar en la mesa redonda. En su discurso de apertura, Jarre dejó claro que es necesario distinguir entre inteligencia y conciencia. La tecnología ya permite crear obras completas. En diez años, ésta podrá crear obras musicales y pictóricas originales. Sin embargo, éste se mostró positivo sobre el lugar que ocupa la inteligencia artificial en el sector de la creación, señalando que "sería falso creer que el pasado fue mejor y que el futuro será peor" y que "nuestro futuro no es una distopía". Se podría imaginar una colaboración entre un compositor y una aplicación informática.

La cuestión sobre el derecho de autor se planteó a los participantes en el debate, que se preguntaron principalmente qué o quién posee los derechos de autor. ¿Qué ocurriría si los algoritmos de inteligencia artificial se encontraran en manos de las multinacionales? ¿Qué consecuencias tendría en las economías emergentes si estos programas fueran desarrollados o dominados únicamente por las grandes potencias económicas mundiales? Por último, se planteó ¿cómo puede la sociedad garantizar que no se pierda la identidad humana por los avances de la inteligencia artificial? 

Durante la mesa redonda, Jarre señaló que, en su estado de desarrollo actual, la inteligencia artificial requiere que la UNESCO y el sector de la gestión colectiva reflexionen sobre las cuestiones anteriores y sobre la identidad propia del creador, y que identifiquen un modelo de negocio apropiado para la inteligencia artificial en el sector de la creación.