La exclusión de SGAE de la CISAC: un paso lamentable pero esencial para la reforma

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Gadi Oron, Director General de la CISAC

El 30 de mayo, la Asamblea General de la CISAC, la Confederación internacional que representa a las sociedades de autores de más de 120 países, votó por una inmensa mayoría a favor de la exclusión temporal de la SGAE como miembro de la CISAC.

Este paso lamentable supone la culminación de una crisis que ha perjudicado durante muchos años a los autores ycompositores españoles y las editoras musicales que tan duramente trabajan. Es la historia de una práctica de distribución injusta, del trato discriminatorio de los titulares de derechos, conflictos de interés y de debilidades en el sistema de gobernanza de la SGAE.

Pero los problemas que se han detectado van más allá deEspaña. La crisis de SGAE ha puesto en duda de un modo sin precedentes, el sistema internacional de gestión colectiva de derechos de autor, con numerosas implicaciones para los creadores y editores fuera de España.

Lo que aquí está en juego es el flujo de derechos de autor hacia y desde España, así como la reputación e integridad de todo el sector global.

La SGAE es una entidad extremadamente importante, tanto a nivel cultural, como económico. Se trata de una institución en España, con una larga y rica tradición remunerando a los creadores, promocionando la cultura española y defendiendo los derechos de autor. 

La comunidad global de sociedades de autores supervisadaspor la CISAC conserva un lugar especial para la SGAE. Fue socia fundadora de nuestra Confederación global, y durante mucho tiempo, una sociedad líder en el mercado de habla hispana, expandiendo el régimen de gestión colectiva de derechos de autor fuera de España y a lo largo de Latinoamérica. La SGAE ha desempeñado un papel muy relevante en la red internacional de sociedades de autores que recauda anualmente más de 10 mil millones de euros para autores, compositores y demás creadores.

La CISAC tiene el encargo de sus sociedades miembros de todo el mundo – 239 sociedades de 121 países– de garantizar que el sistema de gestión colectiva del que dependen millones de autores es honesto y fiable. Una de las responsabilidadesde la CISAC consiste en desarrollar, monitorizar y exigir el cumplimiento de las normas y estándares internacionales voluntariamente adoptadas por la comunidad de sociedades, como mejores prácticas vinculantes. 

Estas reglas, que la SGAE lleva infringiendo durante muchos años, no existen para castigar a las sociedades. Existen para apoyarlas y permitir que el sistema global funcione, de forma que un compositor español pueda ser retribuido de forma justa por la música que suena no solo en España, sino también en otros países; y que los autores extranjeros puedan ser retribuidos cuando sus obras se utilizan en España. 

Existen numerosos ejemplos de cómo las normas de la CISACayudan a promocionar mejores prácticas y actuaciones. En 2016, nuestra Sociedad miembro de la India, la IPRS, tuvo que ser expulsada de la CISAC. Esto activó un programa exhaustivo de reformas de 2 años, con la asistencia de la CISAC, y la sociedad ha sido readmitida como miembro hace poco. La transformación ha sido asombrosa, y la sociedad india es ahora una de las de crecimiento más rápido en términos de recaudación de derechos del mundo.

La CISAC ha trabajado sin descanso durante los últimos 18 meses para ayudar a reestablecer la estabilidad y la confianza en la entidad española, y para ayudar a la SGAE a salir de su larga crisis. En abril de 2018, la CISAC llevó a cabo una auditoria en detalle de las actividades de la sociedad española, que concluyeron con 17 recomendaciones concretas para la realización de reformas. Más tarde, cuando resultó evidente que las reformas no se estaban produciendo, el Consejo de la CISAC advirtió que apoyaría una propuesta de sanción contra la SGAE. 

Durante este largo periodo de tiempo, los presidentes y directores han cambiado, pero poco se ha hecho para responder a las inquietudes de la CISAC y de la comunidad internacional. 

Durante las pocas semanas anteriores a la Asamblea general de la CISAC, la nueva Presidenta de la SGAE llevó a cabo algunas medidas esperanzadoras para comenzar a abordar los requerimientos de la CISAC. Estos pasos fueron muy publicitados, pero realmente, no eran suficientes. Además, existían, y continúan existiendo, dudas acerca de si la asamblea de la SGAE que se reúne el 24 de junio, apoyaráestas reformas, teniendo en cuenta que anteriores intentos de aprobar reformas han sido rechazados cuando llegaba el momento decisivo. 

Este es el motivo por el que, con una mayoría de un 90%, las sociedades de la CISAC de todo el mundo votaron la semana pasada suspender la pertenencia como miembro de la SGAE de nuestra confederación durante el plazo de un año. Como gesto de buena fe y para facilitar una rápida reforma de la SGAE, las sociedades de la CISAC han dejado abierta la posibilidad de levantar la sanción si la CISAC considera que se ha hecho lo suficiente para mejorar las actividades de la sociedad española.

El mayor deseo hoy en día de la CISAC es conseguir que la SGAE se reforme rápidamente, para que pueda sobrevivir y seguir dentro de la comunidad de CISAC. Cientos de sociedades de otros países comparten esta posición. Todas ellas dependen de sus acuerdos de reciprocidad con la SGAE para asegurar el pago a los autores extranjeros en España y permitir que los autores españoles puedan ser retribuidos por el uso de sus obras en el extranjero. El sistema de gestión colectiva es únicamente tan fuerte como su eslabón más débil.