Ángeles González-Sinde, Vicepresidenta de la CISAC, pide normas éticas sobre el uso de la IA en la industria cinematográfica
La Vicepresidenta de la CISAC, Ángeles González-Sinde, defendió apasionadamente el uso responsable y ético de la IA en el sector audiovisual durante una mesa redonda de la UNESCO "Sector cinematográfico en primera línea en la que se debatió el profundo impacto de la inteligencia artificial generativa (IA) en la industria cinematográfica.
La mesa redonda, organizada por la UNESCO en su sede parisina el 19 de octubre, reunió a un grupo de expertos del sector que expusieron de forma colectiva las múltiples ventajas de la IA en el cine y abordaron los retos que plantea su creciente utilización.
González-Sinde, Vicepresidenta de la CISAC, directora y guionista de cine y antigua Ministra de Cultura de España, afirmó que la IA puede aportar grandes mejoras al trabajo de un cineasta. Pero existe una enorme preocupación por la amenaza que esto supone para los derechos de los creadores, debido a la falta de un entorno de derechos seguro que identifique la IA, proteja los derechos del creador humano y garantice que éste sea remunerado.
"Estoy muy emocionada porque se trata de una herramienta nueva y llevo décadas esperando algo más desarrollado para escribir guiones que los programas de tratamiento de textos y las máquinas de escribir. Dicho esto, me preocupa mucho que ahora mismo, si intento utilizar la IA en mi trabajo, no tenga garantías de no estar plagiando a un colega. Cuando hablamos de obras de arte que se basan en el uso del big data, se trata de obras previas cuyos autores nunca han dado su consentimiento y no están siendo compensados, y no hay transparencia. Así que para mí, como autor, es un verdadero riesgo utilizar la inteligencia artificial".
González-Sinde considera que el impacto de la IA ya se deja sentir en el uso de algoritmos que favorecen las obras populares dominantes con el riesgo de disminuir la diversidad cultural. Expresó su preocupación por el impacto de la IA en la diversidad de la narración, destacando cómo los algoritmos, impulsados por las preferencias de la audiencia, a menudo dictan qué historias llegan a buen puerto y dejan de lado otras con menor atractivo comercial previsto.
"Me preocupa cómo los algoritmos están eligiendo las historias que quedarán para las generaciones futuras y también cómo lo que no se acomoda al mainstream o a las narrativas más populares no se hará, y esto está afectando a la diversidad de historias que se cuentan en el sector audiovisual... Puede que en el futuro nos arrepintamos de que algunas historias nunca se contaron porque elegimos sólo las que iban a ser éxitos de taquilla".
La Vicepresidenta de la CISAC advirtió del impacto de esta situación en nuestro aprendizaje de otras culturas y formas de vida. "El cine es estratégico para cualquier país; las películas y las obras audiovisuales en general son cruciales para transmitir y comunicar lo que somos, cómo viven y en qué creen otras personas. Necesitamos poder contar con todas las historias, todo tipo de historias de todos los rincones del mundo".
De cara al futuro, González-Sinde destacó el consentimiento, la compensación y la transparencia como requisitos esenciales para garantizar un uso ético de la IA en la industria cinematográfica. Los creadores necesitan una remuneración justa por el uso de sus obras, su consentimiento informado y los créditos correspondientes.
González-Sinde y otros ponentes se hicieron eco de la necesidad de que los creadores se adapten al cambiante panorama de la IA y se doten de un profundo conocimiento de sus derechos y del funcionamiento de la IA. "No tengo miedo de que me sustituya la inteligencia artificial" dijo González-Sinde. "Tengo miedo de que me sustituya otro escritor que sepa utilizar la IA. Tenemos que estar abiertos y formados, y los sindicatos y demás tienen que darnos el apoyo necesario para entender qué es la IA".
El debate concluyó con la insistencia de todos los ponentes en la urgencia de que los responsables políticos establezcan directrices y elaboren normativas y marcos que protejan los derechos de los creadores y mantengan la igualdad de condiciones a escala mundial.
La IA es una herramienta que debe estar al servicio de la humanidad y no al revés.